El beso, de Francesco Hayez (1859, Pinacoteca de Brera) y Gianluca Ginoble (Fotos: Gianluca Ginoble) |
Catedral de Milán (Foto: Gianluca Ginoble) |
El Castillo Sforzesco fue la sede de los gobernantes de la ciudad de Milán durante los últimos años de la Edad Media y el Renacimiento. Fue la familia Visconti la que ordenó el inicio de su construcción en el siglo XIV, pero a mediados del siglo XV fue destruido coincidiendo con el derrocamiento de los Visconti. La familia Sforza, que posteriormente tomó el poder, se encargó de reconstruirlo y conoció su época de esplendor en tiempos de Ludovico Sforza, que se empeñó en reunir en Milán a grandes artistas entre los que destacaron Donato Bramante y Leonardo da Vinci. Actualmente alberga un museo de arte que cuenta con obras tan destacadas como La Piedad Rondanini, la última obra inconclusa de Miguel Ángel, o El Códice Trivulziano, uno de los preciosos manuscritos de Leonardo da Vinci.
La Biblioteca Braidense (Foto: Gianluca Ginoble) |
Pero el cuadro que llamó especialmente la atención de Gianluca fue un cuadro del pintor romántico italiano Francesco Hayez titulado El beso (1859). Hayez, que fue director de la Academia de Bellas Artes de Brera, se sentía comprometido con la lucha por la unificación italiana y, por ello, siempre se ha interpretado la obra El beso en clave política. Se cree que tanto Hayez como el cliente que le encargo la obra, el conde Alfonso María Visconti, querían simbolizar con este cuadro la alianza entre la Francia de Napoleón III y el reino de Cerdeña para luchar juntos por la expulsión de Austria del territorio italiano. Pero hoy en día, ya alejados del ambiente político que impregnaba la Italia del siglo XIX, este cuadro nos llama la atención por su tremendo clima romántico. La escena, con solo dos personajes a los que ni siquiera vemos la cara, está ambientada en la Baja Edad Media. Las vestiduras de la pareja nos evocan la época de los juglares, del amor caballeresco, apasionado pero idealizado. La escena sugiere un encuentro clandestino entre dos enamorados que, por alguna razón, deben mantener en secreto su amor. La luz y la magnífica técnica pictórica de Hayez, característica de la escuela de pintura histórica del Romanticismo, contribuyen a acrecentar la tremenda carga emotiva del cuadro. Sin embargo, como todos los artistas saben, la obra no adquiere su verdadero sentido hasta que recibe la mirada del espectador porque, como decía Leonardo da Vinci, el ojo es la ventana del alma. En este caso, Gianluca Ginoble, con su mirada, ha completado la obra.
El Castillo Sforzesco
(Vídeo: Gianluca Ginoble)
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