El 28 de mayo de 2020, Piero Barone fue entrevistado por Caterina Valentino en Instagram Live. Fue una hora de conversación en la que Piero, además de hablar de episodios de su vida y de la carrera de Il Volo ya conocidos por la mayoría de sus fans, también abrió su interior y nos habló de sentimientos y emociones.
Habló del largo periodo de confinamiento que ha sufrido
Italia como consecuencia de la pandemia derivada del Covid-19. A pesar de los
tiempos difíciles que se han vivido, declara que ha sido muy feliz porque ha
estado con su familia. Después de once años de constantes viajes, en los cuales
no ha podido ver crecer a su hermana, se ha dado cuenta que lo más importante
en la vida es tener personas que te quieren y tenerlas al lado en los malos
momentos. Sin embargo, se muestra muy preocupado por la gira mundial que tenían
planeada y por las personas que les acompañan en las giras (músicos o
técnicos). Piero, Ignazio y Gianluca llevan a sus espaldas una gran
responsabilidad y, cuando se declaró la emergencia sanitaria en Italia estando
ellos en EEUU, la prioridad para ellos fue que todos pudieran regresar a casa,
con sus familias. También se muestra muy preocupado por los abuelos y los
ancianos en general, que son los que corren más peligro en esta epidemia.
Recuerda que el regalo más bonito de su vida se lo hizo una
televisión italiana que consiguió llevar a su abuelo, Pietro, a un concierto de
Il Volo: ver a su abuelo sentado en primera fila fue una de las mayores
emociones de su vida. También recuerda con todo detalle las cenas en los
veranos de su infancia en las que se reunía toda su extensa familia siciliana y
en las que todo el mundo disfrutaba y sonreía. En cambio, confiesa que los
últimos once años han sido tan frenéticos, que ya no puede recordarlo todo. A
partir de los quince años todo se ha convertido en un incesante cambio de
países, ciudades y personas que Piero es incapaz de recordar, pero recuerda
toda su infancia y nunca la va a olvidar. Como dice un tenor en un libro que ha
leído recientemente: no se puede ser un verdadero artista si no sientes
nostalgia de tus propias raíces. Asegura que la humildad, en realidad, no
existe: lo que cada uno es, es el resultado de lo que ha vivido.
Habla también de su relación con Ignazio y Gianluca. Cuando
empezaron a trabajar juntos eran adolescentes y no se conocían. Aunque eran
amigos, pasaron momentos difíciles en los que discutían y peleaban. Con los
años, la amistad se convirtió en hermandad y Piero confiesa que la relación que
mantiene con Ignazio y Gianluca es como la que tiene con su propio hermano. Con
el tiempo han empezado a conocerse, a respetar los tiempos y los espacios de
los otros, han madurado y, desde hace tres años, ya no discuten nunca. Por otra
parte, comparten muchas aficiones y gustos y, aunque tienen ideas diferentes,
tienen los mismos sueños, la misma pasión.
También Piero compartió con Caterina y los espectadores
algunos recuerdos. Por ejemplo, recuerda cómo empezó a aprender español cuando
llegó por primera vez a México. Mientras Ignazio y Gianluca sabían algo de
español por haberlo estudiado en la escuela, Piero había estudiado inglés y
francés. Así que cuando llegó a México no sabía nada del idioma y empezó a hablar
algunas palabras en español mezcladas con italiano. Los demás se reían de él,
incluido el conductor que les llevaba en coche, hasta que un día se enfadó y le
dijo al conductor: “como siga riéndose de mí, me voy a otro coche”. Desde ese
momento, el conductor se puso a enseñarle cómo se llamaban en español las cosas
que iban viendo y Piero fue completando su aprendizaje del español practicando
con sus amigas con el Whatsapp. También recuerda cuando conoció a Caterina:
Piero era un adolescente de 17 años al que habían sacado de Sicilia para llevarlo
a Venezuela y encontrarse allí con una mujer impresionante como Caterina. Piero
bromea diciendo que Caterina fue un trauma para su adolescencia porque a él le
encantan las mujeres. Caterina también recuerda a Piero cuando le conoció como
un chico sencillo, amable y muy simpático.
Caterina pregunta a Piero con qué cantantes les gustaría
colaborar, y él menciona enseguida a Luis Miguel y, a continuación, salen a
relucir otros como Céline Dion, Roberto Carlos o Pablo Alborán. Caterina
también hace un test de respuestas rápidas a Piero sobre sus gustos y
preferencias. Estas fueron sus respuestas:
Un sabor: limón. Un sonido: el despertador. Un lugar: el
mar. Una canción: “My Way” y “Photograph” de Ed Sheeran, porque le evoca
bonitos recuerdos. Una fruta: manzana. Un nombre: Caterina. Un amor: su mamá. Una
película: "Notting Hill". Un libro: “Mille splendidi soli”. Su peor defecto: ser testarudo. Su mayor virtud: ser bueno; por ejemplo, ha descubierto que le
encanta hacer regalos a los niños. Una palabra que le defina: pasión. ¿Qué
canción dedicaría a sus fans?: “Roses are red” de Bobby Vinton.
Al final de la entrevista, Caterina pide a Piero que mande
un mensaje a sus fans y Piero dice: “Vosotros sois mi felicidad, muchas gracias
por el amor y la pasión que nos hacéis llegar cada día. Sois nuestra segunda
familia y estamos deseando volver a llevar nuestra música hasta vosotros”.